SIN EMBARGO
De: El corazón y la Piedra
Fallece Mario Benedetti
VIDEO - AGENCIA ATLAS - 18-05-2009
Ha muerto un referente de la literatura contemporánea. El poeta Mario Benedetti ha fallecido en su casa de Montevideo a los 88 años. Murió en casa, con los suyos. Y tan discreto como siempre. Aunque ya avisaban sus habituales ingresos en el hospital, el final llegó anoche. A Mario Benedetti le acompañan sus 80 novelas, cuentos, ensayos. Títulos tan emblemáticos como 'La tregua', que en el cine casi gana un Oscar. Y esas poesías que fueron su gran pasión. Obras que le convirtieron en un icono. Y cuyo premio fueron sus lectores, porque no esperaba otros.No paró nunca de escribir ni de viajar. Su obligado exilio durante la dictadura uruguaya le dejó Madrid como segundo hogar.Y junto a él siempre ella, su único amor, la Luz que le acompañó durante 60 años y que se apagó hace tres.Le costó, pero siguió. Con nuevos trabajos en los que el amor y la solidaridad daban paso a la muerte. La que hoy hace que Uruguay despida a uno sus grandes. La capilla ardiente se instalará hoy en el parlamento de Uruguay.
Mario Benedetti
Hasta mañana
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño
que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?
Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me lo digan cuando me despierte.
Un aplauso para la vida.
Por Ernesto R. del Valle
Mi táctica es quedarme en tu recuerdo no sé cómo ni sé con qué pretexto, pero quedarme en vos.
Luego de conocida la noticia del nefasto desenlace que tuvo la precaria salud de Mario, le hice llegar lo siguiente a todos mis colegas.
=============================================================================
Bendecido por todos los que algún día lo conocieron, por los que leyeron siquiera una linea de sus cuentos o novelas, un solo verso de su infinita bibliografía Estuvimos en espera de este desenlace pensando que nunca llegaría, que nunca ocurríría, que seguiría con nosotros imaginando infiernos y paraísos aquí en la tierra. Su tierra de eternidades amorosas.Le digo adiós unidas mis manos a las de todos mis hermanos y colegas en la palabra. Recordaré siempre su amor por Cuba. ADIOS HERMANO BENEDETTI.
=========================================================================================
Mario Benedetti con Haydeé Santamaría y Alejo Carpentier en la Casa de las Américas (1978)
Todos los poetas, conocidos o no, publicados o inéditos, hemos sentido en lo más hondo de nuestras entrañas, la partida irreparable de Mario Benedetti. Todos "los de acá", es decir, los que nos encontramos en el lado donde la solidaridad, lo humano y esplendoroso subsiste en medio de lo tenebroso y personalista del mundo "del lado de allá" lamentamos la pérdida de este hombre uruguayo que defendió por encima de todo, su valor literario y humano.
Mario Benedetti (2do de izq. a derecha) en Casa de las Américas (1967)
Hay quienes de manera enconada lo critican por sus principios socialistas y más que todo por su defensa a los postulados de la revolución Cubana, condenando toda su obra a un irreversible y miserable olvido,
Un ejemplo de ello, las palabras de la poetisa cubana Belkis Cuza Male, viuda de Heberto Padilla, en su artículo titulado EL BENEDETTI DE AQUELLAS CUARENTAS NOVELAS publicado en su Blog La casa azul: centro cultural cubano con palabras ultrajantes y ofensivas dice del autor de GRACIAS POR EL FUEGO:
No me gusta hablar mal de nadie, y menos de un muerto. Pero quiero analizar aquí el caso de Mario Benedetti, un escritor a sueldo, no me cabe dudas, del gobierno cubano, a quien como a muchos de los latinoamericanos que hoy leemos, la Revolución les mató el hambre y les dio fama y fortuna, a cambio de comprar voceros oficiales, o por lo menos, su silencio.
BELKIS CUZA MALE
Y termina su despiadado y furibundo artículo con estas palabras, Descanse en paz, si puede, el alma de Mario Benedetti. No creo que su obra le sobreviva.
Lejos de ello, José Saramago, Premio Nobel de Literatura dijo de manera apasionada:
Con la muerte de Benedetti, dijo Saramago, vamos a conocer más de su vida. "Era un carácter humano extraordinario", enfatizó. "Hemos perdido y hemos ganado - continuó-, "porque están ahí sus libros, que afortunadamente nos sobreviven".
Ricardo Casas, director de un documental sobre la vida de Benedetti titulado "Palabras verdaderas", expresó "tristeza" por el fallecimiento del escritor. Trabajar con él para ese film, realizado entre 2000 y 2004, "fue todo un descubrimiento de un personaje a la vez tan famoso y el más humilde", comentó.
La obra de Mario va a estar siempre a pesar de su desaparición física, reflexionó por su parte el escritor uruguayo Mauricio Rosencof. La literatura de todo el mundo pierde a una figura de primer nivel, y yo pierdo a mi hermano, agregó.
El poeta uruguayo Rafael Courtuasí recordó palabras que le dijo Benedetti para describir la personalidad del escritor fallecido: "Yo no tengo vergüenza de ser sensible". "Don Mario está lejos de las envidias y entró en otro lugar. Se llora una pérdida porque se llora un amigo, pero al mismo tiempo está naciendo otro Benedetti", manifestó Courtuasí
La poeta Ana Magnabosco manifestó su tristeza por la muerte de Benedetti, a quien se refirió como un "maestro". Destacó la "humildad, la coherencia hasta sus últimos días y el espíritu joven" del escritor. Magnabosco resaltó el vínculo del escritor con Madrid, donde residía parte del año para escapar a los fríos del invierno montevideano ante su enfermedad respiratoria crónica.
El escritor uruguayo Raúl Vallarino afirmó que Mario Benedetti "hizo conocer las letras uruguayas en muchas partes del mundo y abrió el camino para colegas compatriotas". "En más de una ocasión, durante algún viaje, me reconocieron como escritor uruguayo haciendo referencia a que venía de Uruguay, la patria de Benedetti", destacó Vallarino. "Sin duda, fue un escritor de fama mundial y nos abrió el camino para muchos otros escritores más jóvenes", agregó.
Recital a dos voces, con Daniel Viglietti y Mario Benedetti (1985)
A Mario Benedetti no se le notaba que era poeta. Era un hombre de mediana estatura, la espalda un poco encorvada, el rostro quieto y observador, el bigote quizás era lo único que lo delataba como alguien con un sentido especial de sí mismo. En las reuniones, no era el más chispa, ni el más sonoro. Lo miraba todo con ojos de conocedor, pero sin hacer alarde de su hondura o su sabiduría.
Sonreía con esa melancolía propia de la gente del Sur, gente que ha sufrido y que se toma la alegría y la risa con su gramo de sal, pero sin escatimar la plena importancia de la gracia de quienes saben hacer reír. Era un partícipe amable de las reuniones, sin un ápice de arrogancia, sin compulsión alguna por llamar la atención. Iba y venía con el ánimo del grupo sin perder su centro, sus ojillos de liebre atentos al movimiento: un hombre interior que se bebía el mundo callado y sin estridencias.
Cuando lo conocí en La Habana, en 1981, en la Casa de las Américas, en su oficina, quise decirle y creo que le dije, lo mucho que me había acompañado.
Recordaba noches enteras de mi exilio en México y en Costa Rica, leyéndolo ávidamente. Su poesía era de esas que me ponían la piel tierna. Le dije que sus poemas eran como el gatillo de una pistola que se disparaba dentro de mí y me llenaba de palabras, de ecos. No había vez que no lo leyera sin que me poseyera el deseo de escribir poemas también. Y era porque me ponía la piel suave, me abría el camino hacia una intimidad que me revelaba cosas de mí misma que yo ignoraba antes de leerlo. El sonrió escuchándome, me agradeció el homenaje con un movimiento breve de su cabeza y siguió conversando sobre su trabajo en la Casa de las Américas donde coordinaba el premio cubano de cuyo jurado formé parte aquel año.
Saramago y Benedetti en 1999 / Foto: EFE.
Vi a Mario muchas veces más. Se convirtió en amigo, en ser cercano, en uno de esos privilegios que la vida nos depara con su misteriosa generosidad. Y estuvo en Nicaragua durante la revolución, departiendo como solía hacerlo, con una humildad dulce y verdadera que lo hacía ser aún más adorable, porque uno sabía de quién se trataba y se maravillaba de ver aquel ser cuyo nombre andaba de boca en boca en toda América Latina, comportándose con esa sencillez; la sencillez que lo hacía ser precisamente el poeta que era, un poeta transparente, sin ningún artificio, un ciudadano de la vida sin más gloria que la de saber que su oficio era vivir y contarlo.
Fui a visitarlo en Montevideo en 2008. Lo vi como una cascarita de nuez, agrietado y frágil en el sillón donde me recibió en su casa. Ya estaba muy enfermo. Ya había muerto Luz, su esposa, y la soledad y la tristeza rodeaban su intimidad de pasajero que no terminaba de acomodarse ni en la vejez, ni en la proximidad de la muerte. Sus ojos vivaces seguían brillando. Brillaban más, si es posible que años atrás cuando andaba más vivo por la vida. Hablamos de poesía, de Nicaragua. Me contó de su cansancio ingrato, pero también de sus proyectos, de los libros que seguía escribiendo. Y lloré cuando partí, cuando la puerta de su apartamento se cerró tras de mí y de Hortensia Campanella con quien fui a visitarlo. Sabía que no lo vería ya más. Era evidente que se apagaba como un cirio que llegaba al cabo a su último resplandor. Y que se apagara, la certeza de que aquella palabra se diluiría en el tiempo y la lluvia, me llenó de tristeza y de inconformidad.
Ahora Mario ha dejado ya su apartamento. No volverá a sus libros, a su sillón cerca de la ventana. No escribirá más sus versos con mano temblorosa. El hueco del espacio que ocupaba es una muesca doliente en el árbol de la poesía viva de América Latina. Se ha marchado al cielo de los poetas y creo que será uno de los que más se asomarán a las ventanas de la noche estrellada. Tan quieto y dulce como era, tengo la seguridad que será de los que más extrañen estar aquí, oír el sonido de los demás, captar el movimiento del sol sobre la acera, el paso de las tardes, el rumor de las parejas en los parques, porque nadie como él sabía hacer el silencio interior que se requiere para escuchar, para estar atento, para captar el pálpito ajeno, ése que hacía que su poesía fuera tan nuestra, como si la escribiera desde un corazón que prestaba a cada quién y devolvía con creces.
Luis E. Aguilera
Cada uno de sus escritos, ensayos, pensamientos poemas, reflejaban cada unos de los instantes vividos, porque está claro que uno se debe a su tiempo, debe tener el compromiso de reflejar lo que sucede, lo que está pasando con su pueblo y esa tarea jamás la olvido, todo lo expresaba con sencillez, entendible para cada uno de nosotros, con una vocabulario por ningún motivo rebuscado, lograba la difícil sencillez de la que nos hablará otro grande de la literatura José Martí; Con palabras sencillas, comprensivas y profundas, agregando esta maravillosas cualidad del optimismo: Mario Benedetti, creía definitivamente en aquellos que luchaban con el corazón, por ello siempre estuvo rodeado de amigos de verdad y todo un pueblo que lo admiraba;
“Con gente como ésa, me comprometo a lo que sea, ya que con haber tenido esa gente a mi lado me doy por bien retribuido.”. “y mucha otras que seguramente nunca lo entendió, a esos que mal llamamos enemigos”.
MUERTE DEL “AMIGO”
Consternación en Cuba por Benedetti

Escritores, artistas, instituciones culturales y admiradores en Cuba lloraron ayer la muerte de Mario Benedetti, quien vivió en la isla exiliado. “Acaba de morir el entrañable Mario Benedetti. La noticia nos deja consternados”, destacó un comunicado Casa de las Américas, que mañana le rendirá homenaje póstumo, presidido por su presidente, Roberto Fernández Retamar. El presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), el novelista Miguel Barnet, lamentó la muerte como una “pérdida muy grande” para la comunidad intelectual de la isla “pues era casi un cubano”. Benedetti vivió en Cuba entre 1967 y 1968, varias veces fue jurado del concurso literario de Casa de las Américas, también miembro de su Consejo de Dirección y fundó y dirigió el Departamento de Literatura Latinoamericana.
Argentinos también consternados

El adiós dominicano a Benedetti
(Fragmentos tomados del artículo ADIOS DOMINICANO A MARIO BENEDETTI del periodistaLuis Beiro publicado en la Sección VIDA del LISTIN DIARIO)El escritor Mario Benedetti era, al decir de Marcio Veloz Maggiolo “un uruguayo de baja estatura de alto vuelo intelectual que nos dejaba en el punto de las mayores admiraciones, la imagen de su ternura y su amabilidad fusionadas”
Otro dominicano que lo conoció fue el narrador Andrés L. Mateo quien vivió algunos años en La Habana mientras realizaba su doctorado en literatura. El poeta Tony Raful, quien nos refirió el dato nos hizo llegar su pesar al conocer la noticia de su muerte: “Resulta chocante, imposible de admitir, que Benedetti pueda morir, nos habituó tanto a la vida, nos acomodó tanto al buen decoro, que su muerte es una arbitrariedad más de la naturaleza, un vacío doloroso del viejo duende de los cantos, que hizo de la poesía un fortín inexpugnable de utopías, de valederas razones para encontrar un sentido, un destino de verbo y amor al cascaron vacío de la vida que vivimos."
"Hubiese querido conocerlo, un poeta como Benedetti es un acontecimiento, una telúrica esfera de sonidos y palabras que cambian el mundo. Pero su poesía y su propuesta de solidaridad intensa y militante, que no moldeó a todos, cuando crecíamos bajo su amparo, es suficiente legado para otórgale significado a su memoria."
Venezuela lamenta muerte de Benedetti
La muerte del escritor uruguayo Mario Benedetti impactó a Venezuela. Escritores, poetas, gestores culturales y lectores resintieron la pérdida de una voz fundamental para América Latina

El escritor Mario Benedetti era, al decir de Marcio Veloz Maggiolo “un uruguayo de baja estatura de alto vuelo intelectual que nos dejaba en el punto de las mayores admiraciones, la imagen de su ternura y su amabilidad fusionadas”
Otro dominicano que lo conoció fue el narrador Andrés L. Mateo quien vivió algunos años en La Habana mientras realizaba su doctorado en literatura. El poeta Tony Raful, quien nos refirió el dato nos hizo llegar su pesar al conocer la noticia de su muerte: “Resulta chocante, imposible de admitir, que Benedetti pueda morir, nos habituó tanto a la vida, nos acomodó tanto al buen decoro, que su muerte es una arbitrariedad más de la naturaleza, un vacío doloroso del viejo duende de los cantos, que hizo de la poesía un fortín inexpugnable de utopías, de valederas razones para encontrar un sentido, un destino de verbo y amor al cascaron vacío de la vida que vivimos."

La narradora venezolana Laura Antillano, quien por el año 1977 conoció a Benedetti (antes de las deliberaciones del Premio Casa de las Américas) describió al escritor como una persona cálida y serena, muy analítica, no sólo de la poesía, sino también de la política, y de lo que sucedía en América Latina. 'Lamento muchísimo su muerte. Yo siento que perdemos una voz fundamental con la que nos identificamos los latinoamericanos. Es una voz fundamental en la poesía latinoamericana, su poesía amorosa, su poesía de solidaridad con la realidad de América Latina', expresó.
El poeta venezolano, William Osuna califica la muerte del escritor uruguayo como una pérdida para las letras latinoamericanas e hispanoamericanas.
'Además de un gran poeta, cuentista, novelista, fue un gran polemista, un defensor de estas causas, que en este momento se avizoran con aires de triunfo', ilustró quien recibió el Premio Nacional de Literatura en el año 2008.
El viceministro de la Cultura para el Desarrollo Humano, Iván Padilla destacó la capacidad del poeta de ilustrar el dolor de los momentos de lucha más intensos de los pueblos latinoamericanos, y sus aportes como poeta, narrador, y como dramaturgo en su obra Pedro y el Capitán. 'Cualquier persona con compromiso revolucionario y con sensibilidad humana en Nuestra América sabe que la pérdida de Mario, es la pérdida de alguien con un altísimo valor humano'
La narradora venezolana Laura Antillano, quien por el año 1977 conoció a Benedetti (antes de las deliberaciones del Premio Casa de las Américas) describió al escritor como una persona cálida y serena, muy analítica, no sólo de la poesía, sino también de la política, y de lo que sucedía en América Latina. 'Lamento muchísimo su muerte. Yo siento que perdemos una voz fundamental con la que nos identificamos los latinoamericanos. Es una voz fundamental en la poesía latinoamericana, su poesía amorosa, su poesía de solidaridad con la realidad de América Latina', expresó.
El poeta venezolano, William Osuna califica la muerte del escritor uruguayo como una pérdida para las letras latinoamericanas e hispanoamericanas.
'Además de un gran poeta, cuentista, novelista, fue un gran polemista, un defensor de estas causas, que en este momento se avizoran con aires de triunfo', ilustró quien recibió el Premio Nacional de Literatura en el año 2008.
El viceministro de la Cultura para el Desarrollo Humano, Iván Padilla destacó la capacidad del poeta de ilustrar el dolor de los momentos de lucha más intensos de los pueblos latinoamericanos, y sus aportes como poeta, narrador, y como dramaturgo en su obra Pedro y el Capitán. 'Cualquier persona con compromiso revolucionario y con sensibilidad humana en Nuestra América sabe que la pérdida de Mario, es la pérdida de alguien con un altísimo valor humano'
Colombia también lamenta muerte de Benedetti
El gobierno de Bogotá lamentó el lunes la muerte del poeta y narrador uruguayo Mario Benedetti, que ganó popularidad en Colombia con la difusión de dos de sus obras más conocidas (La Tregua y Gracias por el Fuego) como telenovelas a fines de los años setenta.
"El gobierno colombiano lamenta el fallecimiento del escritor uruguayo Mario Benedetti, se solidariza con el pueblo y el gobierno de la hermana república del Uruguay y hace llegar sus condolencias a familiares, amigos e innumerables lectores", señaló en un comunicado la cancillería.
La muerte de Benedetti el domingo fue además recibida con manifestaciones de pesar por representantes del mundo literario y cultural.
"La muerte de Mario Benedetti representa una gran conmoción, porque él sabía como pocos interpretar los dolores y la alegría de los latinoamericanos", dijo a la AFP el también poeta y novelista colombiano José Luis Díaz Granados.
"En los años sesenta en las universidades todos nos considerábamos emulos de Martín Santomé o Laura Avellaneda", señaló el poeta de 63 años en referencia a la popularidad alcanzada por los personajes de la novela "La Tregua" en Colombia.
El también poeta y ensayista Juan Gustavo Cobo Borda, autor de una antología de la poesía hispanoamericana, señaló que "siendo un poeta menor, como él mismo se solía calificar, Benedetti se volvió un poeta muy popular".
"Esa popularidad se debía en parte a sus posturas de izquierda, a su exilio y su lucha contra las dictaduras militares del Cono Sur, y también a un lenguaje muy simple, directo y muy próximo", señaló Cobo Borda.

Guatemala duelo por Benedetti

DIEGO LIBERTAD
El ausente
Para Mario Benedetti en la hora de su ausencia,
para las hermanas y hermanos que partieron
Hermano, has callado,
y está callada tu ceniza,
y ha callado el padrenuestro, también,
en tu escritura,
en el charco de la violencia de tu sangre,
que dirá,
no sé que cosas,
como nunca,
cuando callas,
cuando calla tu ceniza y de repente,
cae de un tranco hacia la muerte tu alegría.
Y ya no más, no más nada,
dirás en tu velorio.
Estás callado
y alguien dice que tu ceniza está muy triste.
Estás callado
y tu cadáver frontal,
sin aspavientos,
ha curtido sus lágrimas profundas,
hasta secarse,
hasta morir en el ciclo de la vida,
nítidamente.
Has callado en el quíntuplo sentido,
en la ceniza, en el verbo, en el oído.
Has callado tercamente de la boca hacia adentro,
de tus láminas hacia fuera.
Has callado para siempre en nuestras voces,
¡Has callado alzándonos la voz!
Has callado, hermano, de repente,
¡Pero tu canto seguirá en nuestro surco!
Decirte adiós
o hasta luego
o hasta nunca
sólo será
una breve despedida.
Diego Libertad
Del poemario El maíz es un cielo
Ernesto R. del Valle (Cuba)
SOÑANDO ESTUVE CON LA ROSA
A Mario Benedetti escapado de un sueño.
Con la rosa que un día mencionaste
en un verso que hablaba
de olvidos y de ardores
estuve yo soñando.
Soñé con esa rosa
y a la verdad, no sé
si en el sueño estaba
esa muchacha
a la que tu amabas,
o no amabas, pero
en el sueño la amabas
con una rosa desfallecida
entre tus manos.
Una rosa ornamentando
con sus pétalos,
el sueño que soñaba
sin saber por qué
y sin conocer, Mario,
a la muchacha que amabas
como un adolescente.
y a la que yo también amaba
como un incurable
romántico del siglo diecinueve,
asomado detrás
de blancos cortinajes.
Mas en el sueño te fuiste
diluyendo como un agua
que se fuga entre los dedos
y quedamos ella y yo
terriblemente solos
terriblemente derrumbados
sobre la rosa total y marchita ya
de sueños y nostalgias...
CONVOCATORIA
No hay comentarios:
Publicar un comentario